domingo, noviembre 18, 2007

América Latina, democracia y percepción

Sondeo en 18 países de América latina

La economía crece, pero la gente sigue insatisfecha

El mayor reclamo en la región es el reparto de la riqueza

Domingo 18 de noviembre de 2007 | Publicado en la Edición impresa


A pesar de que durante los últimos cinco años América latina registró el mayor crecimiento del último cuarto de siglo, cayó 4 puntos la satisfacción con la democracia y 7 puntos la idea de que la economía de mercado es lo mejor para el país. Además, sólo el 17% de los latinoamericanos cree que la próxima generación vivirá con más igualdad ante la ley y apenas un 23% confía en que habrá más democracia.

La falta de derrame de la riqueza y su injusta distribución son algunas de las explicaciones de ese fenómeno, que es capaz de conjugar crecimiento e insatisfacción. Pero hay otras razones: la gente, a medida que se deterioran los servicios públicos que presta el Estado, también tiende a enojarse con la economía de mercado y, a la vez, se vuelve más exigente.

Estas son las conclusiones más importantes del informe elaborado en 2007 por Latinobarómetro, que hoy publica LA NACION en forma exclusiva, y que contiene los resultados de una muy extensa encuesta realizada en 18 países de la región. El estudio, cuyas conclusiones están volcadas en más de 100 páginas, fue realizado con el apoyo de la Cepal, la Organización de Estados Americanos, la Corporación Andina de Fomento, la Agencia Española de Cooperación, el gobierno danés y la Agencia Sueca de Cooperación Internacional.

Así, Estado, servicios públicos y mercado parecen ir de la mano. Daniel Zovatto, politólogo y experto internacional en sistemas políticos, explica: "En los setenta, la gente creía en el Estado; en los noventa, en el mercado; hoy, la gente asume que la mano visible del Estado no puede estar ausente para corregir la mano invisible del mercado".

Los latinoamericanos tienen una apreciación intermedia de la democracia, pero entre 2006 y 2007 la aprobación bajó del 58 al 54 por ciento. En la Argentina, el país con mayor aprecio por la democracia, es donde se produjo un desplome notable: 11 puntos. "La que resulta más dañada en este proceso es la imagen de la economía de mercado, por su incapacidad de entregar resultados y satisfacer expectativas de la ciudadanía. Por eso, los pueblos piden más Estado", se dice en las conclusiones del informe, cuyos datos más relevantes son estos:

  • El número de pobres es igual al de 1997.


  • A pesar del crecimiento económico sostenido, de cierta caída del desempleo y de una disminución del temor a quedar desempleado (ambos ítems bajaron 3 puntos el año último; en la Argentina sólo el 35% de la población teme quedar desempleada, contra el 70% en Brasil), la delincuencia sigue subiendo.


  • En el área del delito, la Argentina saca pésimas notas: mientras los ciudadanos de Nicaragua, República Dominicana, Colombia y Venezuela creen que la vida en esos países es cada día más segura, la Argentina pasó a ser el país más inseguro. Sólo el 2 por ciento de los consultados lo evalúa como un lugar seguro; el 80 por ciento de la población teme ser víctima de un delito violento, y el 47 por ciento fue víctima de un delito.


  • En el último año, subió del 47 al 50 por ciento la población que cree que la situación económica de su país es regular, mientras que apenas el 21 por ciento cree que es buena. Sólo Venezuela registra un elevado 52 por ciento de opiniones positivas, quizá por el gasto público del gobierno y el precio del petróleo, dice el informe. En la Argentina, apenas el 17 por ciento cree que la situación es buena.


  • También bajó del 39 al 31 por ciento quienes creen que la situación de su país mejorará. Las caídas más pronunciadas se registran en la Argentina (26 puntos en un año) y Brasil (20 puntos).


Privatizaciones y Estado

  • La opinión sobre las privatizaciones es muy heterogénea: mientras el 47 por ciento de los venezolanos y el 45% de los brasileños cree que fueron beneficiosas, sólo el 19 por ciento de los argentinos tiene esa imagen, muy por debajo del 35% promedio de la región.


  • También retrocedió del 59 al 52 por ciento la idea de que la economía de mercado es lo más conveniente para el país. En Colombia, el 74 por ciento cree en el libre mercado; en México, el 60 por ciento; en Brasil, el 58 por ciento, mientras que la Argentina, en la otra punta de la tabla, registra un 39 por ciento, cinco puntos por encima de Guatemala. El hecho de que el promedio esté en descenso se explica por la tendencia de los políticos a demonizar al consenso de Washington y por el escaso derrame de la riqueza. Y si se pregunta si la economía de mercado es el "único" modelo de desarrollo, la Argentina registra un desplome de 20 puntos, apenas más leve que Chile y Uruguay (21), Panamá y Venezuela (25).


  • El 56 por ciento del los latinoamericanos (61 por ciento del los brasileños y 46 por ciento de los argentinos), cree que las empresas privadas son indispensables para el desarrollo.


  • Pero en forma paralela, creció del 29 al 38 por ciento la percepción de que el Estado puede solucionar problemas. La idea subyacente es que cuando falla el mercado el Estado tiene algo para decir (en la Argentina, el 47 por ciento cree en la capacidad del Estado). Es decir, los latinoamericanos no rechazan ni el mercado ni la empresa privada, pero no creen que deba ser un modelo excluyente o único de desarrollo, según dice el informe.


  • Si se pregunta cuán justa es la distribución de la riqueza, hay un gran contraste: mientras en Venezuela esa creencia es alta (55 por ciento) y en México es intermedia (24 por ciento), en la Argentina es muy baja (10 por ciento).


  • Pero quizás el dato más notable del estudio sea que registra una relación entre el nivel de satisfacción de los servicios básicos que presta el Estado (educación, salud, agua, etcétera) y las actitudes de las personas hacia la economía y el apoyo a la democracia. Así, quienes no tienen acceso fácil o directo a bienes y servicios del Estado de manera satisfactoria, tienen una visión más crítica de la economía y del funcionamiento de la sociedad. En el último año, la satisfacción con los servicios mostró esta variación: bajaron la alta satisfacción (del 26 al 22 por ciento) y la media (del 32 al 31), y subió la baja satisfacción (del 42 al 46 por ciento).


Por Adrián Ventura
De la Redacción de LA NACION


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