viernes, abril 25, 2008

Y los nazis tomaron el Olimpo


Y los nazis tomaron el Olimpo
Una muestra recuerda el racismo de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, organizados por el III Reich
Vea el álbum
anterior siguiente


-------------------------------------------------
Ir al Sitio principal Escritos críticos / Ensayos
www.majfud.50megs.com
Reflexiones sobre nuestro tiempo
-------------------------------------------------

jueves, abril 24, 2008

Saramago

"No he resucitado, he regresado"

Escritor

JUAN CRUZ - Lisboa - 24/04/2008


El premio Nobel cuenta sus sensaciones después de la enfermedad que le puso al borde de la muerte y habla de su contradictoria relación con Portugal ahora que Lisboa acoge una exposición sobre su persona

Pocos de los que entonces, en diciembre último, le pudieron ver hospitalizado en Lanzarote hubieran pensado que el hombre que anoche asistía a la inauguración de una exposición sobre su vida era el mismo. En aquel momento, José Saramago, 85 años, premio Nobel de Literatura, se despedía de la vida; su mujer, Pilar del Río, su compañera desde 1986, la que le llevó a vivir a Lanzarote, se juramentó: "Ganaremos, ganaremos la primavera". Y en primavera, saludable ya aquel hombre entonces final, vuelve a Lisboa como si hubiera protagonizado una resurrección. No fue una resurrección, dice él, "más bien fue un regreso". Ayer, en la inauguración de la muestra (ya exhibida en Lanzarote) en el Palacio de Ajuda de Lisboa, a la que asistió el primer ministro portugués José Sócrates y el ministro de Cultura español, que llevó una carta de Zapatero al escritor, Saramago subrayó el emblema de su vida, que es una frase de Pessoa: "Para ser grande hay que ser entero". Antes, en su casa tranquila y chiquita de la capital portuguesa, contó la experiencia a la que ha sobrevivido.

"Soy muy crítico con la situación de mi país, la gente está decaída"

"Me ha sorprendido la serenidad con que acepté la posibilidad de no sobrevivir"

"Pero ¿y quién sería yo si no hubiera nacido en este lugar del mundo?"

"Desarrollé un sentido del humor muy activo. ¡Yo que no cuento chistes!"

Pregunta. ¿Cómo se siente?

Respuesta. En términos relativos, y teniendo en cuenta lo que he sufrido en los últimos meses, extraordinariamente bien. Hay un término de comparación: me veo ahora y recuerdo cómo estaba antes, incluso encuentro una cierta dificultad en comparar estas dos personas, la que yo he sido y ésta que está aquí y ahora. La diferencia es de tal magnitud que llego a pensar que todo aquello fue un sueño. Más bien una pesadilla. Estoy muy bien. Sigo con mi recuperación y estoy trabajando, estoy escribiendo.

P. Creímos que no lo iba a contar.

R. No llegué a pensar eso; pensé que estaba realmente malo, en un estado deplorable, pero tenía mucha confianza en mis médicos, en los que me cuidaron. Pero, en fin, en mis horas de soledad, que en el fondo eran casi todas, aunque Pilar siempre estaba a mi lado, admití como algo bastante natural que no saliera de aquello. O, peor, que saliera para irme al otro lado... Ahora bien, lo que para mí ha sido sorprendente ha sido la serenidad, la tranquilidad con que acepté sin miedo y sin angustias la hipótesis de no sobrevivir a la enfermedad. Y esa serenidad y esa tranquilidad no es que me haya reconciliado con la idea de la muerte, porque uno no ha de reconciliarse con la idea de la muerte, pero me ha ayudado a contemplar ese hecho como algo natural. Y además, ineluctable, no podía hacer nada contra ella. Puedes armarte de la fuerza que encuentras en ti para no ceder al pánico, al miedo, a la angustia de un posible final, y que además lo estés viviendo... Todo eso lo he vivido, pero como estoy bien ahora, no lo recuerdo como una situación que he pasado sino como una pesadilla. Y lo único que tenía que hacer era despertar de esa pesadilla. Me desperté.

P. ¿Qué vio al despertar?

R. No era como estar en la pesadilla de la que despiertas y luego recuerdas. Durante todo ese tiempo yo no era uno sino dos. Uno, que padecía una enfermedad, y otro que asistía a todo lo que le sucedía a ese enfermo. Yo estaba a la vez viviendo una pesadilla y asistiendo a ella.

P. Eso habrá creado una emoción muy fuerte dentro.

R. No lo sé. Yo me sentí en un estado de casi anestesia total. Es decir, lo vivía no con indiferencia, en absoluto, al contrario, pero podría incluso decirte que lo he vivido sin emociones. No recuerdo haber cedido al peso de cualquier sentimiento, de miedo, o de pena. No. Yo me examinaba a mí mismo con una frialdad casi científica. Desarrollé, eso sí, un sentido del humor muy activo, en las conversaciones con los médicos y con las enfermeras. Nunca he sido chistoso, pero ahí me mostré chistoso, hice bromas sobre lo que iba ocurriendo, desmitifiqué el drama. ¡Y yo nunca cuento chistes! Creo que eso me ha protegido de un sentimentalismo fácil, un poco llorón; nunca he sentido ese riesgo, pero en esta ocasión no lo padecí en absoluto. Jamás.

P. ¿Se siente rabia?

R. ¿Rabia por qué?

P. Por estar perdiendo la vida.

R. Pero la rabia es inútil si no se tiene un blanco. ¿Qué rabia sería? ¿Contra mí mismo? ¿Contra un poder superior que hubiera decidido que mi vida se acabara allí? Y aunque ese poder superior existiera, ¿cómo le llegarían los efectos de mi rabia? No, ninguna rabia. Morir, acabar, y sentir rabia, ¿para qué? ¿Quién se cree esa persona para sentir rabia? ¿Creía que tenía derecho a seguir viviendo? Yo creo que sí. Lo admito. Pero lo que me impresiona es la inutilidad de la rabia en circunstancias como ésas.

P. ¿Resignación tampoco?

R. No es resignación, es sencillamente una aceptación. Son dos movimientos distintos. Lo aceptas porque no tienes otra salida. La resignación es aceptación pero a la vez es renuncia. Y puede no haber renuncia en la aceptación.

P. Ahora esto es como una resurrección.

R. En cierta forma. Porque uno es testigo del despertar de un cuerpo dormido y ese cuerpo es tuyo. Los médicos están haciendo su trabajo, y el tuyo es el de ayudar a tu cuerpo, en ese proceso que se puede llamar de resurrección. Pero a mí me gusta más llamarlo proceso de regreso, es menos dramático y más claro. Estás regresando a ti mismo.

me quedé reducido a alguien que estaba allí y no tenía ánimo, fuerza ni ganas para la escritura. La única parte del cuerpo que no ha sufrido esa pérdida de tono creo que ha sido el cerebro, que demostró una actividad extraordinaria, que no puedo explicar. Nunca caí en esa soñolencia..., siempre estuve muy despierto, con capacidad de observación y de comentario. ¡Hasta de chistes!

P. Eso le salvaría.

R. Quizá sí... Y el estado excelente de mi corazón. Cuando el cuerpo parecía inclinado a renunciar, el corazón siguió peleando y ha ganado la batalla.

P. ¿Y la novela?

R. Era algo que podía terminar o no. O consigues salir y regresas a casa, o lo que estabas haciendo se queda inacabado. El viaje del elefante. Va marchando.

P. Muchos temimos que esta exposición que ahora se inaugura en Lisboa sería una exposición póstuma. ¿Cómo se siente en su propio pueblo asistiendo a ella?

P. Muy contento, muy feliz. No es que este viaje sea una especie de reconciliación con mi pueblo, no he estado nunca de espaldas al país donde nací. Siempre he vuelto; después de la enfermedad y de todo eso se dice que hay un reencuentro... Para un reencuentro se necesitan por lo menos dos, la patria y la persona, pero la patria es una abstracción, no se me presentó, ni ahora ni nunca, vestida no me imagino cómo, diciendo "yo soy la patria", pero uno pertenece a un lugar, a una historia, a un idioma, y yo creo que eso es la patria. Yo soy muy crítico con la situación social y política en Portugal, pienso que el ánimo de la gente está decaído, parece haber renunciado al futuro... Estamos muy aborregados, pero este es mi país, y punto. No es el más hermoso ni el más inteligente ni el más inventivo, pero es mi país. Hace años, me preguntaron por las relaciones con mi tierra. Y yo contesté: Me gusta lo que este país ha hecho de mí. Porque tú puedes protestar contra esto y aquello, pero lo que no puedes negar es que lo bueno y lo malo es lo que te ha hecho a ti, y luego decides si te gusta o no. Pero si te gusta confiésalo. En el fondo, la cosa es muy sencilla: yo puedo criticar a Portugal, pero hay una pregunta: ¿Y quién sería si no hubiera nacido en este lugar del mundo?

P. ¿Y la respuesta es...?

R. ¿Sería más inteligente, habría escrito una obra más importante, sería reconocido por la gente en la calle, pondrían mi nombre a calles o a institutos? No lo sé. Se es lo que se es y punto.



-------------------------------------------------
Ir al Sitio principal Escritos críticos / Ensayos
www.majfud.50megs.com
Reflexiones sobre nuestro tiempo
-------------------------------------------------

miércoles, abril 23, 2008

Cervantes y Shakespeare

Cervantes y Shakespeare: ni se conocieron, ni se copiaron, ni murieron el mismo día

Varios especialistas desmontan los mitos sobre la supuesta relación entre los dos genios

EFE/ELPAÍS.com - Madrid - 22/04/2008

El Día Internacional del Libro se conmemora hoy porque ese día, de 1616, fallecieron los dos más grandes escritores de la literatura universal: Cervantes y Shakespeare. Pero tan errónea es esa coincidencia como la mayoría de las teorías sobre los paralelismos en su vida y obra.

Miguel de Cervantes Saavedra

Miguel de Cervantes

A FONDO

Nacimiento:
29-09-1547
Lugar:
(Alcalá de Henares)
William Shakespeare

William Shakespeare

A FONDO

Nacimiento:
23-04-1564
Lugar:
(Stratford-on-Avon)

Enlace Ver cobertura completa


Muchos expertos a lo largo de la historia han comparado y encontrado similitudes entre Don Quijote y Hamlet o el rey Lear, entre Sancho y Falstaff, en la novedosa mezcla de géneros que utilizaron los dos genios o, simplemente en su contemporaneidad de vida y de muerte. Pero, en realidad, las semejanzas entre ambos genios son escasas.

La fecha de nacimiento

El error más difundido es el de la fecha de su muerte. Siempre se ha sostenido que ambos murieron el 23 de abril de 1616, pero ninguno lo hizo en tal fecha.

Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23, mientras que la diferencia de fechas es aún mayor con Shakespeare, ya que en aquella época Inglaterra se regía por el calendario juliano, por lo que en realidad su muerte se produjo un 3 de mayo.

Nunca se encontraron

Cervantes nunca oyó hablar del genio de Stratford-upon-Avon; Shakespeare puede que ni siquiera leyera El Quijote entero; sus vidas son totalmente opuestas; uno es novelista y el otro dramaturgo; drama frente a comedia; parece difícil hallar influencias directas del uno en el otro.

Más diferencias que semejanzas

"Las coincidencias son mínimas. El único dato seguro es que Shakespeare leyó la primera parte del Quijote y que hay una obra perdida de la que se conserva un resumen" en la que el inglés -junto a un colaborador- retoma el personaje de Cardenio, que aparece en un episodio de la principal obra de Cervantes.

"Todo lo demás son conjeturas", afirma el director del Departamento de Filología Española y sus didácticas de la Universidad de Huelva, Luis Gómez Canseco, autor, junto a Zenón Luis-Martínez, de Entre Cervantes y Shakespeare: Sendas del Renacimiento.

Incluso más escéptico se mostró el profesor Michael Bell, del departamento de Literatura inglesa y comparada de la Universidad de Warwick (centro de Inglaterra), que aseguró que "sería muy complicado" probar que el genio inglés leyera la obra del español.

Pero la realidad no ha desalentado la imaginación de otros escritores que en los tiempos actuales han tratado de buscar o inventar relaciones, encuentros o influencias entre los dos genios. Carlos Fuentes, por ejemplo, recogió en un libro de ensayos publicado en 1988 una teoría bastante extendida que afirma que "quizás ambos fueran la misma persona".

El británico Anthony Burgess da en su cuento Encuentro de Valladolid su visión de una hipotética reunión entre los dos escritores. O Tom Stoppard, el dramaturgo británico, que recreó la conversación que podrían haber sostenido Shakespeare y Cervantes si el español hubiera formado parte de la delegación de su país que acudió a Sommerset House de mayo a agosto de 1604 para negociar la paz entre los dos países.

Y la película española Miguel y William, que fantasea, en tono de comedia, con un encuentro de Miguel de Cervantes y William Shakespeare, en la España de finales del siglo XVI.

1590: sin noticias de William

Estas fantasías tienen una base, para algunos excesiva, y es el hecho de que en la biografía de Shakespeare existe un periodo, en la década de 1590, en el que no se sabe qué hacía ni dónde se encontraba.

Frente a estos datos que forman parte de la fantasía, el profesor Bell considera que lo verdaderamente importante es la coincidencia en los estilos y contenidos de las obras de ambos escritores.

"Ambos produjeron figuras que en cierta manera sentaron las bases fundacionales de los iconos", como es el caso de Hamlet o Don Quijote, y además lo hicieron "con apenas unos años de diferecia". Y los dos utilizaron una estructura de tramas y subtramas, en las que siempre incluían partes de comedia.

"Influencias culturales parecidas"

Pero esas similitudes de estilo se debieron probablemente al simple motivo de que los dos escritores coincidieron en una época y tuvieron "influencias culturales parecidas", además de las mismas "lecturas", lo que les llevó a ofrecer "soluciones literarias paralelas", según Gómez Canseco.

A su juicio eso es lo importante y no el hecho de que Shakespeare pudiera haber leído el Quijote, lo que "no es especialmente signifiativo".

Tampoco es especialmente significativo que el Día del Libro se fijara sobre una premisa errónea porque, aunque el 23 de abril de 1616 no murieron ni Cervantes ni Shakespeare, sí lo hizo el Inca Garcilaso de la Vega y también en esa fecha nacieron Vladímir Nabokov, Josep Pla y Manuel Mejía Vallejo.



-------------------------------------------------
Ir al Sitio principal Escritos críticos / Ensayos
www.majfud.50megs.com
Reflexiones sobre nuestro tiempo
-------------------------------------------------

lunes, abril 21, 2008

Aguinis: "Yo estuve enamorado de la revolución cubana"

Para el novelista, la Argentina vive una singular caída cultural y de valores
Lunes 21 de abril de 2008 Publicado en la Edición impresa


Tras conocer las mieles de ser best seller en la Argentina y otros países hispanohablantes, Marcos Aguinis vuelve a la novela después de seis años. Regresa con La pasión según Carmela (Sudamericana), una historia de amor entre una médica cubana y un economista argentino en el escenario de la revolución cubana, que ambos abrazan, hasta desencantarse y huir en una balsa a Miami. En esta obra, Aguinis repasa la historia de Cuba, desde los tiempos del dictador Fulgencio Batista, y cruza a sus personajes de ficción con los históricos de la revolución. Fidel Castro, el "Che" Guevara, Camilo Cienfuegos y Huber Matos, entre otros, desfilan en una trama que fusiona la tensión del relato con las reflexiones sobre la última revolución que sobrevive en América latina. "Yo estuve enamorado de la revolución cubana", dice el escritor, en una entrevista con LA NACION, en su casa de Barrio Parque, al revivir aquellos momentos. Aguinis extiende sus reflexiones al presente y admite su preocupación por el deterioro cultural de la Argentina y la pérdida de valores democráticos, así como por la merma en la calidad de las instituciones republicanas. Durante la entrevista, emergieron los temas políticos y el autor de El atroz encanto de ser argentinos advirtió que la presidenta Cristina Kirchner "tiene muchos prejuicios y fogonea la división, en vez de convocar a la armonía y la convivencia". A Aguinis le preocupa el clima político, por el impacto que podría tener en los inversores extranjeros, y dijo que hoy, en la Argentina, hay una resistencia a la racionalidad. "Si la aceptaran -continuó-, tendrían que cambiar el rumbo de sus ambiciones." -¿Por qué esta novela? -El género implica placer y angustia. Uno procura no defraudar al lector que acompaña al autor cuando lee. Esta es una novela de amor que se desarrolla en un escenario donde el amor es puesto a prueba todo el tiempo. -¿El desencanto de los protagonistas, los guerrilleros Carmela e Ignacio, con la revolución cubana es el del autor? -[Sonríe] Sí, yo estuve enamorado de la revolución cubana, como le ocurrió a la gran mayoría del mundo. Como también estuvo el mundo enamorado de la Revolución Francesa y de la Revolución Rusa. Recuerdo la etapa en la que se gritaba: "¡Fidelismo sí, comunismo no!". En Sierra Maestra hubo un heroísmo cargado de sacrificios, peligros, derrotas... fue una aventura delirante de la que nadie esperaba nada. -¿Existe hoy una crisis de ideales? -Se renuncia a valores, no a los ideales que empujan la búsqueda de ciertos valores, Por ejemplo, la libertad, la justicia, la dignidad, el respeto de las diferencias, el pluralismo. Esos valores estuvieron presentes en todas las revoluciones. Pero siempre fueron traicionados. Sin embargo, el hombre necesita luchar por ideales. -Hace seis años, cuando sucumbió la economía argentina, usted dijo a LA NACION que en poco tiempo habría un deterioro cultural. ¿Cómo ve las cosas hoy? -Mantengo aquella percepción. La Argentina vive una extraordinaria caída cultural y de valores: el del respeto al otro, el del diálogo, el de la disidencia, el respeto por las leyes. Las instituciones viven una crisis sin parangón. Durante el conflicto del campo, el Congreso, que representa a la gente, no cumplió ninguna función. El pueblo está lógicamente en un estado de bronca. Hemos pegado un salto medio siglo hacia atrás. Hay expresiones y conductas políticas propias de los años 50. -¿Cuál es su opinión sobre la presidenta Kirchner? -En vez de convocar a la armonía y la convivencia, fogonea la división. Eso hace el chavismo en Venezuela, que ha exacerbado el odio interno en una sociedad que era bastante pacífica. Acá también se empuja a la confrontación y al rencor. Con este clima político no vendrán a invertir los capitales extranjeros. El poder labra su propio fracaso. Cristina Kirchner tenía todo para hacer una presidencia exitosa, si hubiera cumplido con lo que prometió en su discurso inaugural. El espacio público de debate ha desaparecido. No se sabe si está en la Casa de Gobierno o en un acto partidario, rodeada de grupos de choque casi fascistas que no suman a la paz social. -¿Y la tensión entre el poder político y los medios? -Cristina Kirchner tiene una mala escuela, que es la de Néstor Kirchner. Me da la sensación que el primer cacerolazo espontáneo fue en parte por rechazo al método prepotente del Poder Ejecutivo que se expresa, entre otras cosas, atacando a la prensa, generando censura, autocensura y miedo. Esto no había ocurrido desde el advenimiento de la democracia. -¿Por qué el poder político no tiene en cuenta a los intelectuales, volviéndolos, incluso, casi invisibles cuando ocupan cargos? -Pongamos el ejemplo del secretario de Cultura de la Nación, José Nun. Un politicólogo muy bien formado, que optó por la irrelevancia en la gestión. Nadie es más peligroso que quien, creyéndose culto, sólo está montado sobre algunos prejuicios. Cuando le tocan los prejuicios, se le desmorona el edificio. En lugar de desarrollar gula por el poder, tendrían que apostar al crecimiento de la Argentina. Por Susana Reinoso De la Redacción de LA NACION La obra de Marcos Aguinis
Nacido en Córdoba en 1935, Marcos Aguinis ejerció la medicina y es uno de los ensayistas y novelistas más exitosos del país.
Entre sus principales novelas, se destacan La cruz invertida, Refugiados, Crónica de un palestino, La conspiración de los idiotas, La matriz del infierno y La gesta del marrano .
Ha escrito Un país de novela, Elogio de la culpa, El atroz encanto de ser argentino, El atroz encanto de ser argentino 2 y Qué hacer , entre otros ensayos.
Entre otros reconocimientos, ganó el Premio Planeta y fue nominado para el Premio Educación para la Paz, que otorga la Unesco.

-------------------------------------------------
Ir al Sitio principal Escritos críticos / Ensayos
www.majfud.50megs.com
Reflexiones sobre nuestro tiempo
-------------------------------------------------

domingo, abril 20, 2008

Tres millones de abortos al año en Brasil

BRASILIA - Cerca de 3 millones de mujeres, en su mayoría casadas y católicas, abortan cada año en Brasil según un trabajo respaldado por la Organización Panamericana de la Salud y el gobierno brasileño.

Esa cifra duplica las estimaciones existentes hasta el momento y que se basaban en datos del Sistema Unico de Salud, a partir del registro de mujeres que se antienden en los hospitales públicos debido a complicaciones en abortos ilegales.

La legislación brasileña autoriza la realización de abortos en caso de violación o riesgo de muerte de la gestante.

La investigación realizada por las universidades de Brasilia (UNB) y Federal de Rio Janeiro (UFRJ) perfeccionó los métodos de estimación del número de mujeres que abortan y así llegó a la conclusión de que pueden ser cerca de 3 millones.

"El número alto pero mucho más próximo de la realidad, una mujer puede omitir que hizo un aborto pero nunca dirá que lo hizo si no lo hizo" dijo al diario Estado de San Pabalo la investigadora Marilena Correa, UFRJ.

Para los autores del trabajo, que consultó 2.135 investigaciones y encuestas, es importante elaborar un mapa real del aborto para sustentar la polémica entre defensores y opositores a la interrupción del embarazo.

El Ministerio de Salud respalda la revisión de la legislación y permitir la legalización parcial del aborto. Un bloque parlamentario en Defensa de la Vida, respaldado por la Conferencia Nacional de Obispo de Brasil y fuerte peso en el Congreso, propone sustituir la actual ley por otra que prohíba completamente el aborto.

La mayoría de las mujeres que abortan, indica el estudio de la UNB y UFRJ, son católicas, casadas, de entre 20 y 29 años, y tomaron la decisión con el acuerdo de sus maridos o cónyuges.

El número de abortos es mayor en las fajas sociales menos educadas y más pobres que no tienen acceso a métodos anticonceptivos por desinformación o falta de recursos.

ANSA



-------------------------------------------------
Ir al Sitio principal Escritos críticos / Ensayos
www.majfud.50megs.com
Reflexiones sobre nuestro tiempo
-------------------------------------------------

sábado, abril 19, 2008

Octavio Paz, entre la admiración y el desprecio

Diez años sin Paz

Los jóvenes escritores mexicanos analizan la figura del escritor a diez años de su muerte

LUIS PABLO BEAUREGARD - Madrid - 19/04/2008

Eran las primeras horas del 19 de abril de 1998, cuando Ernesto Zedillo, presidente de México en ese entonces, se dirigió a la parte posterior del avión que lo devolvía al país de una cumbre, para anunciar a los periodistas el fallecimiento "del más grande pensador y poeta mexicano". La voz y el pensamiento de Octavio Paz se habían apagado para siempre. La muerte del escritor y único Premio Nobel de Literatura mexicano, causada por un cáncer de huesos, conmocionó a un país que quedaba huérfano de su caudillo cultural más influyente en la segunda mitad del siglo XX.

"Era un activo interventor en polémicas políticas", dice el escritor Juan Villoro. La última discusión en la que ha estado presente el poeta ha tenido lugar recientemente, después de que dos diputados del conservador partido en el gobierno Acción Nacional propusieran que el nombre de Octavio Paz fuera grabado con letras de oro en el hemiciclo de la Cámara de Diputados. Tras el debate, la idea fue desechada. El argumento de los legisladores es que el escritor no "colaboró en la construcción del Estado mexicano", uno de los requisitos para figurar en el muro. El desaire, un claro agravio al mundo cultural (poetas como Nezahualcoyotl y Sor Juana figuran en el monumento) desató una discusión nacional. Ahora, la cámara baja estudia resarcir el error, mientras que en todo el país se inauguran inscripciones con el nombre del escritor en vallas, paredes, paredones y tapias.

A una década de su muerte la figura de Paz -el "gran soldador", como le llamó Carlos Fuentes- continúa un recorrido vital por la conciencia. Su obra intenta ser catalogada, etiquetada a veces, pero al hacerlo su esfuerzo se ve diluido como quien quiere retener agua con las manos. Sus ensayos desbordan toda convención. Pueden versar sobre el arte moderno de Duchamp, el esbozo de un pachuco, los Contemporáneos, el cine de Buñuel o el misticismo hindú.

El Laberinto de la Soledad es probablemente su obra en prosa más conocida. Su publicación en 1950, cuando México vivía uno de sus episodios de modernización, embonó como un lúcido ensayo sobre lo mexicano. Su influencia fue tal que durante las décadas posteriores fue incluido en las escuelas como una lectura obligada. "Lamentablemente es su libro más leído y está rebasadísimo, es bochornosamente elemental y hasta peligroso por los estereotipos que manipula", afirma Álvaro Enrigue, también escritor. En cambio, Villoro lo defiende, recordando que el propio Paz decidió "actualizar" sus ideas con la publicación de Postdata, que señalaba: "Lo mexicano no es una esencia, sino una historia".

La diversidad de temas es probablemente una de las principales monedas de su obra, a la que el mundo de las letras hispánicas adeuda. Sobre su obra poética las cosas son más claras y el consenso es mayor. "Lo que queda del legado de Paz es sobre todo su poesía y su enorme libro sobre Sor Juana Inés de la Cruz (Las Trampas de la Fe)", dice el escritor Fabrizio Mejía Madrid. "La obra poética es esencial: es incuestionablemente un poeta mayor, sin el que la segunda mitad del siglo XX mexicano es inexplicable", señala Enrigue.

Todo lo que tiene que ver con Paz está sujeto al terreno de la ambivalencia. En lo político ha jugado un papel peculiar. A pesar de siempre se definió como un liberal de izquierdas, se le miraba con recelo tras su posición crítica con la revolución sandinista de Nicaragüa y su abierto rechazo al "socialismo autoritario". Del otro lado, la derecha lo consideraba ajeno y contestatario.

En distintas etapas de su vida, y en varios los escenarios, el intelectual nunca dio razones para reprochar su conducta. En 1936 estuvo en Valencia, donde lucho con el bando republicano. En octubre de 1968, renunció a su cargo como embajador de México en la India, tras la matanza de estudiantes en la Plaza de Tlatelolco a manos del Gobierno mexicano. En el levantamiento zapatista de 1994, recriminó a los intelectuales la irresponsabilidad con la que se pronunciaban sobre los hechos de Chiapas. Sólo puede generar suspicacias algunos de sus proyectos, uno de ellos "el grupo de poder que se hizo en torno suyo, un sólido monopolio cultural que no permitió crecer a los escritores que estaban al margen", destaca Jordi Soler, en referencia a la creación de revistas como Plural yVuelta, con las que Paz se hizo un caudillo omnipresente en la vida y cultura hispana.

En su discurso de aceptación del Nobel, Paz describió uno de los gestos más antiguos del hombre, "que repetimos diariamente, alzar la cabeza y contemplar, con asombro, el cielo estrellado. Casi siempre esa contemplación termina con un sentimiento de fraternidad con el universo". Ocho años después, esa imagen vivía en la mente de Mejía Madrid. Era la imagen que tenía México de su poeta: "Lo recuerdo en su última casa, en Coyoacán, en silla de ruedas hablando del sol. Es decir, este poeta que se metió en todas las discusiones posibles -estéticas, políticas, religiosas, morales- al final llegaba a su gran tema: el sol. Había parado de crecer el árbol -esa metáfora tan cara de toda su poesía- y sus ojos se dirigían al cielo como calor sobre la piel. A mí ese es el Paz que me conmueve".

Paz es el escritor de la obra "apasionada e íntegra", como la calificó el jurado del Nobel. También es el pensador que abrió y renovó el ensayo, logrando al mismo tiempo arraigarlo a lo mexicano y volverlo cosmopolita. Es tan grande que el 24 de julio de 1997 desmintió su propia muerte después de ser informada en el telediario. ¿Por qué? Porque no se hablaba de él. Octavio Paz no tendrá que volver a morir para estar presente.



-------------------------------------------------
Ir al Sitio principal Escritos críticos / Ensayos
www.majfud.50megs.com
Reflexiones sobre nuestro tiempo
-------------------------------------------------

viernes, abril 18, 2008

Food prices are causing misery and strife around the world.

Apr 17th 2008

From The Economist print edition

Food prices are causing misery and strife around the world. Radical solutions are needed


Getty Images

PICTURES of hunger usually show passive eyes and swollen bellies. The harvest fails because of war or strife; the onset of crisis is sudden and localised. Its burden falls on those already at the margin.

Today's pictures are different. “This is a silent tsunami,” says Josette Sheeran of the World Food Programme, a United Nations agency. A wave of food-price inflation is moving through the world, leaving riots and shaken governments in its wake. For the first time in 30 years, food protests are erupting in many places at once. Bangladesh is in turmoil (see article); even China is worried (see article). Elsewhere, the food crisis of 2008 will test the assertion of Amartya Sen, an Indian economist, that famines do not happen in democracies.

Famine traditionally means mass starvation. The measures of today's crisis are misery and malnutrition. The middle classes in poor countries are giving up health care and cutting out meat so they can eat three meals a day. The middling poor, those on $2 a day, are pulling children from school and cutting back on vegetables so they can still afford rice. Those on $1 a day are cutting back on meat, vegetables and one or two meals, so they can afford one bowl. The desperate—those on 50 cents a day—face disaster.

Roughly a billion people live on $1 a day. If, on a conservative estimate, the cost of their food rises 20% (and in some places, it has risen a lot more), 100m people could be forced back to this level, the common measure of absolute poverty. In some countries, that would undo all the gains in poverty reduction they have made during the past decade of growth. Because food markets are in turmoil, civil strife is growing; and because trade and openness itself could be undermined, the food crisis of 2008 may become a challenge to globalisation.

First find $700m

Rich countries need to take the food problems as seriously as they take the credit crunch. Already bigwigs at the World Bank and the United Nations are calling for a “new deal” for food. Their clamour is justified. But getting the right kind of help is not so easy, partly because food is not a one-solution-fits-all problem and partly because some of the help needed now risks making matters worse in the long run.

The starting-point should be that rising food prices bear more heavily on some places than others. Food exporters, and countries where farmers are self-sufficient, or net sellers, benefit. Some countries—those in West Africa which import their staples, or Bangladesh, with its huge numbers of landless labourers—risk ruin and civil strife. Because of the severity there, the first step must be to mend the holes in the world's safety net. That means financing the World Food Programme properly. The WFP is the world's largest distributor of food aid and its most important barrier between hungry people and starvation. Like a $1-a-day family in a developing country, its purchasing power has been slashed by the rising cost of grain. Merely to distribute the same amount of food as last year, the WFP needs—and should get—an extra $700m.

And because the problems in many places are not like those of a traditional famine, the WFP should be allowed to broaden what it does. At the moment, it mostly buys grain and doles it out in areas where there is little or no food. That is necessary in famine-ravaged places, but it damages local markets. In most places there are no absolute shortages and the task is to lower domestic prices without doing too much harm to farmers. That is best done by distributing cash, not food—by supporting (sometimes inventing) social-protection programmes and food-for-work schemes for the poor. The agency can help here, though the main burden—tens of billions of dollars' worth—will be borne by developing-country governments and lending institutions in the West.

Such actions are palliatives. But the food crisis of 2008 has revealed market failures at every link of the food chain (see article). Any “new deal” ought to try to address the long-term problems that are holding poor farmers back.

Then stop the distortions

In general, governments ought to liberalise markets, not intervene in them further. Food is riddled with state intervention at every turn, from subsidies to millers for cheap bread to bribes for farmers to leave land fallow. The upshot of such quotas, subsidies and controls is to dump all the imbalances that in another business might be smoothed out through small adjustments onto the one unregulated part of the food chain: the international market.

For decades, this produced low world prices and disincentives to poor farmers. Now, the opposite is happening. As a result of yet another government distortion—this time subsidies to biofuels in the rich world—prices have gone through the roof. Governments have further exaggerated the problem by imposing export quotas and trade restrictions, raising prices again. In the past, the main argument for liberalising farming was that it would raise food prices and boost returns to farmers. Now that prices have massively overshot, the argument stands for the opposite reason: liberalisation would reduce prices, while leaving farmers with a decent living.

There is an occasional exception to the rule that governments should keep out of agriculture. They can provide basic technology: executing capital-intensive irrigation projects too large for poor individual farmers to undertake, or paying for basic science that helps produce higher-yielding seeds. But be careful. Too often—as in Europe, where superstitious distrust of genetic modification is slowing take-up of the technology—governments hinder rather than help such advances. Since the way to feed the world is not to bring more land under cultivation, but to increase yields, science is crucial.

Agriculture is now in limbo. The world of cheap food has gone. With luck and good policy, there will be a new equilibrium. The transition from one to the other is proving more costly and painful than anyone had expected. But the change is desirable, and governments should be seeking to ease the pain of transition, not to stop the process itself.



-------------------------------------------------
Ir al Sitio principal Escritos críticos / Ensayos
www.majfud.50megs.com
Reflexiones sobre nuestro tiempo
-------------------------------------------------

martes, abril 15, 2008

Ballenas en el desierto

En el valle egipcio de Wadi Rayan se conservan fósiles de cetáceos
EFE - Al Fayum (Egipto) - 15/04/2008

Es un lugar común oír que casi toda la Tierra estuvo cubierta por los océanos, pero pocos saben que en lugares tan áridos como el desierto del Sáhara nadaron un día hasta las ballenas.
La noticia en otros webs

Sus esqueletos, fosilizados, son la prueba palpable. Tienen nada menos que 40 millones de años. Estos esqueletos se encuentran a 200 kilómetros al suroeste de El Cairo, en la depresión de Wadi Rayan (provincia de Al Fayum), que es uno de los conjuntos más ricos del mundo en fósiles marinos: todo tipo de conchas, caracolas, erizos y estrellas de mar, cangrejos, tortugas y dientes de tiburón.
Los fósiles han sobrevivido casi intactos gracias al extraordinario poder conservador de la arena, la misma que ha permitido también la recuperación de numerosos templos faraónicos sencillamente sepultados entre las dunas durante siglos.
El llamado Valle de las Ballenas, o Wadi al Hitan en árabe, es sólo una esquina de los 1.759 kilómetros cuadrados que ocupa Wadi Rayan, pero la existencia de estos esqueletos fósiles y su paisaje único hicieron que en 2005 la UNESCO lo declarase Patrimonio Natural de la Humanidad.
Hace solo cuatro años, recorrer el valle con todoterrenos era diversión frecuente en los fines de semana entre la comunidad de expatriados en Egipto, y en más de una ocasión ha habido quien se ha llevado cual trofeo de caza una vértebra fósil de ballena para decorar su salón.
Pero desde la inclusión del valle en el listado de la UNESCO, las autoridades egipcias cerraron todos los accesos con hileras de piedras, impusieron una tarifa de acceso y crearon una unidad de 28 guardias equipados con "jeeps" encargados de recorrer sus confines en busca de infractores.
Atracción turística
Junto a esto, construyeron una pista de arena a la que se accede desde el asfalto y que es transitable para cualquier tipo de vehículo, para poder entrar en el valle sólo desde un trazado bien delimitado. Los egipcios, generalmente temerosos del desierto, pueden acercarse ahora a hacer pic-nic en una sencilla excursión de un día.
El desierto y los fósiles, conservados durante milenios en el secreto que garantiza la arena, se han convertido en una atracción turística más de Egipto, si bien dista mucho de tener la popularidad
de las ruinas faraónicas o de los corales del Mar Rojo.
Y eso que el paisaje del Valle de las Ballenas es sobrecogedor: surgidos como hongos de entre la arena, montículos de formas caprichosas se elevan contra un cielo libre de nubes. El viento, que ha modelado el desierto y creado las dunas, ha dibujado extrañas cavidades en las rocas del valle.
Los esqueletos de las ballenas no son el único vestigio del Eoceno, también pueden verse manglares fosilizados, que fueron los que permitieron que hubiera una fauna tan rica en las orillas del Mar de Tethis, el enorme océano que cubría gran parte de lo que hoy es desierto.
Tenían patas
Las ballenas del Wadi al Hitan fueron descubiertas a principios del siglo XX y bautizadas como "Zeugledon", aunque más tarde se establecieron en realidad cuatro especies distintas de estos cetáceos, la mayor de ellas de hasta 21 metros de longitud.
Lo más curioso desde el punto de vista científico es que a través de sus esqueletos se ha confirmado que estas ballenas poseían pequeñas patas que sobresalían apenas del vientre y que demuestran que estos mamíferos descendían en realidad de antepasados terrestres.
Cuando la tierra fue cubierta por las aguas, las ballenas sencillamente adaptaron su cuerpo y perdieron poco a poco unas patas que ya no tenían ninguna función.
Luego, cuando las aguas se retiraron hasta el Mediterráneo y su hábitat se transformó en desierto, ya era demasiado tarde: las ballenas quedaron varadas entre las arenas del Sáhara y esta vez sólo pudieron convertirse en fósiles.

-------------------------------------------------
Ir al Sitio principal Escritos críticos / Ensayos
www.majfud.50megs.com
Reflexiones sobre nuestro tiempo
-------------------------------------------------

lunes, abril 14, 2008

César Vallejo será homenajeado mañana en Uruguay

Los escritores uruguayos Dina Díaz, Silvia Guerra y Álvaro Ojeda leerán algunos de los poemas del destacado escritor peruano.
El poeta peruano César Vallejo, considerado uno de los más destacados de su país, será homenajeado mañana por la Biblioteca Nacional y la Academia Nacional de Letras del Uruguay, al conmemorarse 70 años de su fallecimiento, informaron hoy fuentes oficiales.
La recordación, que tiene el apoyo de la Embajada de Perú en Montevideo, consistirá en la lectura de poemas de Vallejo y una muestra de cartas y libros que se realizará en la Biblioteca Nacional, ubicada en el centro de la capital uruguaya, señalaron a Efe fuentes de la organización.
Además, el presidente de la Academia Nacional de Letras, Wilfredo Penco, el poeta uruguayo Jorge Arbeleche y el agregado cultural de la Embajada de Perú en Uruguay, Bruno Podestá, se referirán a la figura de Vallejo, su obra y su legado.
Los escritores uruguayos Dina Díaz, Silvia Guerra y Álvaro Ojeda leerán algunos de los poemas del destacado escritor peruano.
El homenaje se completa con una exposición de cartas y libros recopilados por Elisa Piffaretti.
César Vallejo nació en Santiago del Chuco, Perú, en 1892 y murió en París en 1938. Es autor de obras fundamentales como "Los heraldos negros", "Poemas humanos" y "España, aparta de mí este cáliz", que recoge sus experiencias en la guerra civil de este país.
EFE

-------------------------------------------------
Ir al Sitio principal Escritos críticos / Ensayos
www.majfud.50megs.com
Reflexiones sobre nuestro tiempo
-------------------------------------------------

domingo, abril 13, 2008

Los nuevos neandertales [ El realismo los mató]

REPORTAJE: NEANDERTALES

Más cerca de nosotros

MALÉN AZNÁREZ 13/04/2008

Neandertales:cada vez más cerca de nosotros

FOTOS - PH. PLAILLY / ATELIER DAYNES - 10-04-2008

La memoria operativa de los neandertales, mucho más limitada que la del 'sapiens', fue también la causa de su escasa capacidad creativa y, curiosamente, de su valentía, ya que su menor facultad para anticipar acontecimientos futuros les hacía más osados. La gran capacidad simbólica de los cromañones les daba ventaja.- PH. PLAILLY / ATELIER DAYNES

  • Neandertales:cada vez más cerca de nosotros - Estudiando a los neandertales
  • Neandertales:cada vez más cerca de nosotros - Los primeros habitantes de Europa
  • Neandertales:cada vez más cerca de nosotros - Conocerles para conocernos
  • Neandertales:cada vez más cerca de nosotros - Pequeños y de vida efímera
  • Neandertales:cada vez más cerca de nosotros - Mucho más prácticos que los cromañones
  • Neandertales:cada vez más cerca de nosotros - Víctimas del cambio climático
  • Neandertales:cada vez más cerca de nosotros - Un jardín botánico
  • Neandertales:cada vez más cerca de nosotros - Sin competir
.

La foto cambia. Los neandertales, aquellos seres tan parecidos a nosotros, y tan distintos, eran más humanos, inteligentes y agraciados de lo que siempre creímos. Recientes hallazgos descubren cosas insólitas, de 'los otros' y su mundo. Las incógnitas comienzan a desvelarse.

Sólo hay dos especies que, miles o millones de años después de extinguirse en la Tierra, siguen provocando auténticas pasiones entre los humanos: los neandertales y los dinosaurios. Por qué los terroríficos monstruos de crestas punkeras, enormes corpachones y largas colas siguen fascinando parece claro. Eran unos bichos impresionantes y atractivos en su poderío, que dominaron la Tierra durante millones de años, y ¡zas!, de repente desaparecieron. Pero ¿por qué nos siguen cautivando e intrigando los neandertales?, aquellos seres chaparros y fortachones, de enorme nariz, arcos supraorbitarios prominentes y mentón huidizo que habitaron Europa hace entre 200.000 y alrededor de 27.000 años. ¿Por qué queremos averiguar a toda costa cómo eran, si se cruzaron o no con el hombre moderno, y saber cómo y por qué se extinguieron?

Quizá la fascinación por aquellos robustos seres tan parecidos a nosotros, y a la vez tan distintos, no obedece a otra cosa, como dice Antonio Rosas, paleoantropólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), que a querer saber más de nosotros mismos. ?Porque son un enigma, son como nuestro espejo un poco deformado, nos reconocemos pero al mismo tiempo no somos. Y los miramos de continuo para ver si entendemos algo más de nosotros mismos?. O puede que, como mantiene el premio Príncipe de Asturias y codirector de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, sólo sea "porque es una historia apasionante, una gran historia, y a los humanos nos gustan las historias". Para el autor del exitoso El collar del neandertal, que confiesa que nada le haría más ilusión que tener una gota de sangre neandertal que le conectase con esos poderosos europeos, el cerebro humano, esencialmente, produce y consume historias. "Y la de los neandertales es una de las más increíbles, pone a nuestra especie junto a otra misteriosa y desaparecida: los otros. Tiene un componente de intriga y misterio, es imposible que no nos atraiga".

Hasta hace muy poco, los neandertales eran considerados unos seres rotundamente arcaicos y brutales -durante muchos años se les tuvo como una subespecie de Homo sapiens-, poco avanzados en tecnología y con escasa capacidad para resistir la competencia del hombre moderno, más inteligente y rico en recursos, con el que coexistió en Europa unos 10.000 años antes de su extinción.

Pero el paradigma está empezando a cambiar. Ni tan brutales de aspecto, ni tan atrasados tecnológicamente, ni tan diferentes en su inteligencia del Homo sapiens. ¿Qué está pasando? Pues que los últimos estudios genéticos y hallazgos de fósiles neandertales, entre ellos, los del yacimiento asturiano de El Sidrón, están aportando datos que empiezan a replantear el modelo tradicional. ?Son cosas increíbles las que estamos conociendo, elementos de su aspecto físico o cognitivo que nunca hubiéramos pensado saber?, dice el biólogo del equipo de El Sidrón, Carles Lalueza, que ha descubierto dos importantes genes neandertales. Uno está relacionado con la pigmentación y nos permite saber que eran rubianco-pelirrojos; el otro, con la capacidad para el habla, y nos deja deducir que podían hablar como los cromañones. ?El Sidrón está abriendo un universo muy llamativo. Es la mejor colección de neandertales de la Península y ahora, sin duda, el yacimiento activo más relevante del mundo. Podemos decirlo sin ningún rubor?, asegura Rosas, responsable de la paleoantropología del yacimiento y profesor investigador del CSIC.

Tanto Arsuaga como Rosas, que durante 23 años formó parte del equipo de Atapuerca, se remontan al ancestro común de neandertales y el hombre moderno, el Homo ergaster africano, que salió de África hace unos dos millones de años, para explicar cómo su diferente evolución dio lugar en Europa al neandertal, la especie genuinamente europea, y en África, al Homo sapiens, que llegaría a Europa, por Asia, hace unos 40.000 años. Dos especies diferentes con un antepasado homínido compartido.

"¿Cuándo se data el origen de los neandertales?", se pregunta Arsuaga, actual director del Centro de Evolución y Comportamiento Humanos (UCM-ISCIII). "No hay contestación, porque fue una evolución gradual. Podemos decir que los primeros neandertales tenían medio millón de años. La gente de la sima de los Huesos de Atapuerca es una población europea de hace medio millón de años, contemporánea de una población africana, y ambas proceden de la misma especie biológica, pero empiezan a diferenciarse localmente. En Europa hay un avance, un esbozo de algo que con el tiempo terminarían siendo los neandertales, pero que todavía son antepasados de neandertales, el Homo heildelbergensis. Pero si vamos más hacia atrás, a los 800.000 años, o todavía más atrás, con el reciente hallazgo de la nueva mandíbula de 1,3 millones de antigüedad, nos encontramos con el Homo antecessor de Atapuerca, que no tiene rasgos neandertales. Tanto la paleontología como la genética indican que la separación de las dos líneas se produjo en algún momento entre 500.000 y 1.000.000 de años".

¿Qué entendemos hoy por neandertales? Si hablamos de los que antes se llamaban neandertales clásicos -conocidos toda la vida como neandertales-, su origen está entre los 250.000-200.000 años atrás; ésa sería una fecha frontera. "A partir de ese momento son neandertales en el sentido anatómico, y los anteriores, los de Atapuerca, son sus antepasados directos", afirma Rosas, quien añade que los fósiles de El Sidrón (nueve individuos de distintas edades identificados, un maxilar prácticamente completo con todos sus dientes, además de otros miles de huesos, restos líticos transformados en útiles y herramientas) ponen en la palestra la guinda que faltaba: el final de los neandertales claramente constituidos. "Y no hay que olvidar que es la primera vez que se ha podido sacar un gen completo de un fósil de neandertal".

Las aportaciones genéticas de El Sidrón, tanto del ADN mitocondrial (sólo de herencia materna) como del nuclear (de ambos progenitores) de neandertales, que vivieron en la cornisa cantábrica hace 43.000 años, están siendo esenciales para hablar de un nuevo paradigma. No sólo se han sumado al macroproyecto del Genoma Neandertal que lidera el experto mundial Svante Pääbo, sino que son objeto de diferentes estudios genéticos en colaboración con el instituto alemán Max Planck. "Hasta ahora, para entendernos, la explicación en la teoría de la evolución era entre el chimpancé y nosotros, ya que compartimos un antepasado y es la especie viva más próxima. Era nuestro modelo de referencia. Pero la cantidad de información llamativa de los neandertales que estamos sacando nos permite empezar a sustituir el modelo chimpancé por el modelo neandertal. Con una diferencia: que la distancia de separación es mucho más corta en el tiempo evolutivo", explica Rosas.

¿Cuáles son estas novedades neandertales que tanto entusiasman a los científicos? Para empezar, los datos sobre su aspecto físico, y, lo que parece intrigarnos más, sobre si se cruzaron o no con el hombre moderno, siguiendo por derroteros como su ecosistema y forma de vida, tecnología, diferencias que podía haber entre los del norte y del sur. Y, finalmente, una de las cuestiones esenciales: las causas de su extinción.

El pescador de genes Carles Lalueza puede decir mucho de los hallazgos genéticos. Descubridor del gen FOXP2, relacionado con la posibilidad del habla, y del MCR1, de la pigmentación, y a punto de publicar un nuevo descubrimiento del que todavía prefiere no hablar, aunque insinúa que cualquier otro gen "que esté relacionado con la inmunidad, la fisiología del metabolismo o los aspectos externos llamará la atención porque representa un cambio conceptual grande", asegura que, a la larga, "esta información no sólo representará un cambio de paradigma sobre ellos, sino sobre nuestra especie". Porque, una vez que tengamos el genoma completo del neandertal y veamos los genes que compartimos, podremos saber, aunque sea por eliminación, cuáles son los cambios exclusivos de nuestra especie. "Ahora estudiamos sus características propias, pero, en el fondo, estamos estudiando las nuestras", asegura este investigador de la Universidad de Barcelona.

Así que, gracias a la genética y al ADN de los fósiles de El Sidrón, podemos saber, entre otras cosas, que el físico de los neandertales era mucho más parecido al del hombre moderno de lo que hemos pintado e ilustrado durante más de un siglo. "A mí no me importaría que se hubieran cruzado con nosotros. Soy un defensor de los neandertales y estoy en contra del paradigma, que ha cuajado incluso a nivel popular, de que era una subespecie brutal y atrasada?", dice Lalueza, que añade que con el hallazgo del gen de la pigmentación asistimos a una paradoja divertida: en el fondo, ellos, que podían ser rubios o pelirrojos y de piel clara, se parecían más físicamente al hombre actual que nuestros antepasados los cromañones. "Éstos, hacía poco que habían salido de África y tenían una pigmentación más oscura".

Con el físico hemos topado. Y si no eran tan primitivos, ¿cómo eran realmente? ¿Podrían, vestidos en vaqueros, pasar hoy desapercibidos en el metro de Nueva York, como mantiene el famoso y ya clásico modelo? Porque las últimas recreaciones que han incorporado algunos grandes museos del mundo, como las realizadas por el taller Daynés, de la artista francesa Elisabeth Daynés -que ilustran este reportaje-, suponen una auténtica revolución en la imagen neandertal tradicional. Y no son fantasías, ya que están hechas sobre moldes de fósiles neandertales y con el asesoramiento científico de conocidos expertos. "Son parecidos a nosotros y diferentes en todo el esqueleto. La pelvis es totalmente distinta, las mandíbulas, el cráneo, los dientes, los huesos largos... Morfológicamente son distintos; no son simios, pero tampoco son sapiens: son diferentes", dice Arsuaga.

Lalueza tiene claro que hoy un rostro neandertal nos sorprendería mucho. "No creo que haya un equivalente en el hombre actual. Su frente estaba inclinada hacia atrás, los arcos supraorbitarios sitúan una mirada muy profunda, tenían la cara proyectada hacia delante y la nariz era enorme, tan grande como la de un europeo que la tuviera muy grande, pero ancha como la de un africano. Realmente creo que llamaría la atención en el metro de Nueva York...". Pero Antonio Rosas, que con su equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales reconstruye, con el maxilar encontrado en El Sidrón, una cara de neandertal utilizando avanzadas técnicas de computación, mantiene que, en esencia, lo que está cambiando es que se empiezan a apreciar diferencias entre grupos neandertales del norte y del sur. "Una peculiaridad de los de El Sidrón es que eran muy robustos; dentro de su arquitectura ancha, eran más anchos todavía. Los individuos masculinos podían, en caso extremo, superar 1,70 metros de altura, y las mujeres bordeaban el 1,60. No eran pigmeos. Y murieron jóvenes. Sabemos que su longevidad máxima estaba entre los 40 y 50 años, pero éstos no llegaron...".

Otro de los mitos que ha caído con la genética es el de que los neandertales no podían hablar como nosotros y se entendían con gruñidos o gestos. Podían. Y así lo ha demostrado el gen encontrado por Lalueza, que implica que neandertales y cromañones tenían la misma estructura implicada en el gen que posibilita un lenguaje articulado. "Su lenguaje debió de ser más limitado que el nuestro, pero no porque pudieran emitir menos fonemas. La razón principal la tenemos en que nuestro lenguaje requiere, de manera constante, una memoria operativa de gran capacidad", mantiene el psicobiólogo Manuel Martín-Loeches, autor de La mente del Homo sapiens, que ha estudiado también la del neandertal y su capacidad para la memoria o el habla. Director de la sección de Neurociencia Cognitiva del Centro de Evolución y Comportamiento Humanos, Martín-Loeches dice que la memoria operativa de los neandertales, mucho más limitada que la del sapiens, fue también la causa de su escasa capacidad creativa y, curiosamente, de su valentía, ya que su menor facultad para anticipar acontecimientos futuros les hacía más osados.

Arsuaga opina que el lenguaje neandertal sonaría como el nuestro si lo oyéramos a través de una puerta. "En el antiguo paradigma siempre se decía que los neandertales no podían producir los sonidos del lenguaje del Homo sapiens, pero ellos tenían el hueso hioides -situado encima de la laringe- como el nuestro y el del chimpancé es muy diferente. Si oyéramos hablar a los neandertales, sonarían igual que un hombre moderno y no como un chimpancé. Y si oyéramos hablar a un austrolopiteco, seguramente diríamos que es un chimpancé...".

En lo que están de acuerdo los investigadores es en que, fundamentalmente, lo que ha cambiado es nuestra percepción de los neandertales, quizá porque ya no tenemos tanta necesidad de considerarlos tan inferiores para vernos superiores. "Hemos dejado de creernos el epicentro de la evolución humana. Dicho de otra forma, ya no se perciben como una especie inferior, sino como una igual. Distinta pero igual", opina Rosas. Y Arsuaga menciona otra novedad. "De entrada, son los europeos de verdad, ellos sí que son auténticos europeos... Y eso es un cambio de paradigma. Ha pasado un poco como con los aborígenes de Australia o Nueva Zelanda, que ahora todo el mundo presume de tener un antepasado maorí...".

Pero hay más cosas que empiezan a contemplarse en este nuevo modelo neandertal. Por ejemplo, algo que nunca se había cuestionado era su escasa capacidad tecnológica. Todas las herramientas y utensilios de aspecto moderno que tenían -en torno a los 40.000 años de antigüedad- se habían atribuido siempre a los cromañones, pero hallazgos como los de la cueva del Conde (Asturias) o El Sidrón permiten dudarlo. Arsuaga, que codirige los trabajos de la cueva del Conde, asegura que éste y otros yacimientos de parecidas características del País Vasco o Cantabria plantean que es una tecnología neandertal: "Tenemos unas industrias de transición que hasta ahora atribuíamos a los cromañones, que se suponía eran los creativos. Y nos preguntamos: ¿por qué de los cromañones? Todo apunta a que lo han hecho los neandertales". "En Barcelona hay un yacimiento maravilloso donde se ve que los neandertales tenían un dominio extraordinario del fuego, con talleres que utilizaban casi de forma industrial. Vamos conociendo y matizando", apunta Rosas.

La coexistencia de los últimos neandertales y cromañones en Europa, durante unos 10.000 años, pone sobre el tapete otra de las cuestiones más debatidas: ¿se cruzaron ambas especies? Lalueza lo niega rotundamente y asegura que las especies divergieron hace unos 900.000 años. "Además del gen de la pigmentación- una variante que no se encuentra en los humanos modernos-, en el gen FOXP2 encontramos variantes que tenían los neandertales que eran ancestrales a todos los humanos modernos y que no han llegado hasta nosotros. Coexistieron, pero no se mezclaron".

Pero Arsuaga tiene serias dudas y asegura que no le sorprendería que hubiera habido algún intercambio genético. Lo que para él, en cualquier caso, carece de importancia. "Pudo haber alguna vez cruces entre neandertales y sapiens, pero es irrelevante, es intrascendente a efectos evolutivos, porque sucede que esos híbridos no encuentran pareja o son absorbidos, y los genes raros acaban perdiéndose. Los neandertales se extinguieron y no contribuyeron nada a las poblaciones modernas, pero no me parece realista decir que es imposible que se hubieran cruzado, porque en la naturaleza no hay límites netos".

Y llegamos a otra de las grandes cuestiones del universo neandertal: ¿por qué se extinguieron? Pregunta que, como las cerezas de un cesto, se enreda con otras: ¿fue el Homo sapiens el causante de su extinción?; ¿acaso no pudieron competir con la mayor capacidad tecnológica de éste?; o, como también se plantea ahora, ¿fue un cambio climático lo que les arrastró a su final?

El paleobotánico José Carrión, de la Universidad de Murcia, especialista en palinología, ha estudiado los registros de cambios de paisaje asociados a áreas regionales neandertales, a través del polen fósil de distintos yacimientos, entre ellos, los de los últimos neandertales de la península Ibérica (Gorahn, en Gibraltar, y Carihuela, en Granada). Carrión, que ha reconstruido la vegetación, paisaje y fauna de la época, aporta dos conclusiones. Una: la extinción no fue de golpe, sino un largo proceso. Dos: se debió sobre todo a un proceso endogámico. Pero suma otros datos. Para empezar, los neandertales eran seres de bosque y un cambio climático vino a acelerar su extinción.

Al parecer, aquellos bosquimanos fueron reduciendo su área de distribución en el continente europeo, por lo menos desde hace 35.000 años hasta unos 26.000 años antes del presente. "Los últimos 10.000 años fueron de declive, con una población fragmentada y cada vez menos numerosa. Cuando haces un mapa del Musteriense, las poblaciones están cada día más distantes, con más endogamia y menos intercambio génico entre las poblaciones del norte y del sur. Eso, a largo plazo, es un problema en todas las especies de mamíferos. Los genetistas lo llaman ?depresión por endogamia", explica Carrión. "Los últimos neandertales están en el sur de la península Ibérica y, cuando se extinguen, no hay evidencia alguna de que el hombre moderno estuviera allí. No coexisten. Así que la competencia de una especie con la otra no existe, no hay por qué estudiarla".

Para este paleobotánico, hay otras causas que contribuyeron a la desaparición de la especie, como el cambio de paisaje. "El neandertal es un animal meridional, de bosque abierto o sabana (árboles grandes, arbolitos sueltos y hierba), no es un hombre de estepa. Siempre los han pintado en el norte de Europa, pero ellos se iban al norte cuando hacía calor; en los periodos glaciales estaban en el sur de España, el sur de Italia y la península grecobalcánica. Por su tecnología, posiblemente cazaban en grupos pequeños y al acecho, escondiéndose detrás de árboles y arbustos. Y ocurre algo inesperado: el paisaje se hace entonces muy abierto, muy estepario, con pocos arbustos, y el tipo de animales cambia. Pasa de una gran diversidad de fauna a otra menor pero muy grande: mamuts, bisontes, renos... Animales que hay que cazar de otra manera, con proyectil o lanzando piedras a distancia. Y sus herramientas de caza son más pequeñas y lanzables, no pesan. La mejor tecnología para esa caza la tiene nuestra especie, los sapiens que vienen de la estepa asiática perfectamente adaptados. Pero todavía sobrevivió miles de años...".

Así que los cambios climáticos dieron al neandertal el golpe de gracia. Para Carrión, la gran pregunta no es por qué se extinguieron, sino por qué sobrevivieron tanto. Y tiene una respuesta. "Durante 30.000 años, el sur de la península Ibérica era un jardín botánico, un auténtico paraíso. Vivían cerca del mar, y pescaban y comían de todo, incluso piñones... Comían focas monje, cazaban delfines, ánades, patos, codornices, perdices, cabras montesas... Tenían una dieta muy variada, la misma del hombre de hoy". Rosas, por su parte, asegura que la extinción de los neandertales es tan natural como el origen y el nacimiento de cualquier especie. "Nos preguntamos por qué se extinguieron y es un planteamiento falso. Es interesante saber por qué, pero está envuelto en un halo de falso misterio. Cuando llevamos la misma cuestión a otras especies de mamíferos, vemos que unos se extinguen y otros no. Y ellos tienen medio millón de años de historia de evolución, que nosotros no tenemos...".

Pero el codirector de Atapuerca aporta su personal teoría para explicar la extinción: la gran capacidad simbólica de los cromañones les daba ventaja. "Los neandertales no tenían bandera, y cuando llega aquí el Homo sapiens tiene bandera... Porque la bandera es la capacidad de representar a una comunidad por medio de un objeto, de reagruparse en torno a símbolos, lo que permite aumentar el tamaño del grupo sin basarse en el parentesco, un grupo que trasciende lo biológico. Así, el número de miembros de una tribu puede ser ilimitado; creo que ésa es la diferencia. Los cromañones tenían un sistema de alianzas, de solidaridad, basado en creencias, historias o mitos que les daban una unidad que sobrepasaba lo puramente biológico. Somos la única especie que forma comunidades no biológicas, unidas por lazos de tipo simbólico, lingüístico, religioso... Los neandertales se conocerían entre ellos, familias, grupos grandes, y, de pronto, eso se pone en competencia con una especie de comunidades que pueden ocupar toda la península Ibérica, con una capacidad enorme de alianza".

Eso, dice divertido Arsuaga, significa que los neandertales eran mucho más realistas que los cromañones. "Qué es más inteligente, ¿creer en lo inexistente o no creer" Yo no creo en los espíritus, no es nada realista ni inteligente; en eso estoy con los neandertales, que eran los realistas... Pero, a la larga, la gente que cree en mitos simbólicos tiene más fuerza de comunidad y supervivencia".

Queda sólo un último misterio neandertal por aclarar: si fueron o no creadores, si hicieron arte. Hasta el momento, siempre se ha mantenido que no, y los vestigios encontrados de arte fronterizo (entre 32.000-35.000 años) se han atribuido a los cromañones. "Si los cromañones llegaron hace unos 40.000 años", dice Arsuaga, "algunos neandertales tuvieron tiempo de aprender de ellos, pero ahora parece que los objetos de adorno y colgantes que tenemos de esa fecha, lo más antiguo, son de neandertales, así que nos vamos acercando a la frontera de lo simbólico".

Los huesos encontrados en la cueva de El Sidrón plantean una cuestión que enlaza con la hipotética capacidad simbólica de la especie extinguida: ¿eran enterramientos? El catedrático de prehistoria de la Universidad de Oviedo, Javier Fortea, director del yacimiento, no lo cree así. "En este depósito no se había producido ningún acondicionamiento del espacio por parte del hombre. Parece que procede del exterior, que es una zona de dolina; posiblemente esa dolina se colapsó y por alguna chimenea cayó al interior. Lo que estamos encontrando abajo nos plantea cómo llegaron aquí esos huesos, y si los neandertales enterraban o no a sus muertos hace 43.000 años. Algunos de los huesos tienen marcas de cortes descarnados, y eso indica una práctica de tipo alimentario antropófaga, incluso caníbal, aunque prefiero no utilizar palabras de ritual mientras no sepamos lo que ocurrió. Fuera hubo una acumulación de individuos, y algunos de ellos, no todos, fueron desmembrados por sus congéneres de forma rápida, porque no muestran presencia de felinos carroñeros".

Son señales que pueden percibirse en los huesos, aunque no resulta fácil verlas, salvo cuando quien las muestra es el paleoantropólogo Antonio Rosas, en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. "Mire las rayas horizontales de esa mandíbula, se aprecian las marcas del corte, de la descarnación, el individuo fue cortado para descarnar el músculo. Ese otro hueso tiene un desconchón de lasca, de cuando se hace un corte al hueso; eso significa que los huesos largos fueron machacados para extraer la médula y comerla. Si es un canibalismo, alimenticio o ritual, continúa en discusión, pero lo que sí está claro es que El Sidrón aporta un magnífico ejemplo de canibalismo; tenemos señales de libro".

En los diferentes yacimientos neandertales, comenta Arsuaga, hay muchísimos niños enterrados. "Se puede discutir si son rituales o no, pero son enterramientos. Y eso es muy humano, es un comportamiento simbólico, porque un individuo no entierra; es un grupo el que entierra. Y a nivel sentimental nos los aproxima, no los vemos ya como monstruos, sino como gente que entierra a sus niños, que los quiere, y eso es muy tierno".

El yacimiento de El Sidrón no sólo aporta información novedosa, sino que, por primera vez en el mundo, está aplicando un protocolo en la extracción de fósiles para evitar las contaminaciones genéticas que, con frecuencia, se producen en las manipulaciones de los investigadores. Así que no es raro ver dentro de la cueva a una especie de astronauta cogiendo huesos con mucho cuidado. "A todos los excavadores nos han hecho el perfil genético, estamos retratados... Pero cuando afloran huesos potentes, compactos y duros, no esponjosos, como un fémur o una tibia, y creemos que pueden reunir las condiciones adecuadas para extraer material genético, se interrumpe la excavación, y todo el material que se está utilizando se desinfecta. El excavador se pone un traje de astronauta, un mono con escafandra, zapatos y guantes estériles, levanta el hueso con su tierra y lo mete en una bolsa estéril. Luego se guarda en una nevera a dos grados de temperatura hasta llegar al congelador del campo base, que está a 30 grados bajo cero", explica Fortea. Más tarde viajarán a Oviedo, Alemania y Madrid.

Primero fue Atapuerca y ahora los neandertales, hallazgos que, a decir de los expertos, están convirtiendo a España en una potencia paleontológica mundial. "El Sidrón significa a los neandertales lo que Atapuerca a la evolución general", confiesa Rosas sin poder disimular su entusiasmo. Y se aproximan nuevos descubrimientos.



-------------------------------------------------
Ir al Sitio principal Escritos críticos / Ensayos
www.majfud.50megs.com
Reflexiones sobre nuestro tiempo
-------------------------------------------------

sábado, abril 12, 2008

Ballard

EN LA REVISTA Ñ
J. G. Ballard es un narrador que predijo los más oscuros escenarios del mundo posindustrial, que dijo que el 11/9 fue una superproducción del inconsciente de los EE.UU y que ahora anuncia que el futuro será una guerra entre psicóticos. Perfil de uno de los autores básicos del siglo pasado que anticipó el XXI, por Pablo Capanna.
El profeta del nihilismo global


J. G. Ballard es un narrador que predijo los más oscuros escenarios del mundo posindustrial, que dijo que el 11/9 fue una superproducción del inconsciente de los Estados Unidos y que ahora, a sus 78 años, publica sus memorias y anuncia que el futuro será una guerra entre psicóticos. Perfil de uno de los autores básicos del siglo pasado que anticipó el XXI, por el filósofo argentino Pablo Capanna. Además, una entrevista a fondo con el autor de La sequía, Exhibición de atrocidades y Crash.

Por: Pablo Capanna

BALLARD, EL APOCALIPTICO. A los 78 años, vive en un suburbio de Londres atravesado por autopistas.

Hoy que todos flotamos en un océano de información, dando ansiosas brazadas o aferrados a algún madero del Titanic moderno, ¿qué puede decirnos alguien que vive en un insignificante suburbio de Londres, no tiene acceso a Internet y escribe a mano?

Si hay alguien así que merezca ser escuchado, aunque sea porque nos enfrenta con una incómoda imagen del mundo, es James Graham Ballard. No sólo es uno de los grandes escritores del último siglo; es casi una suerte de psiquiatra del nihilismo global. Cuando la moda obliga a ser trasgresores y ya queda poco por transgredir, quizás él, que se limitó a seguir sus propias obsesiones, sea uno de los que calaron más hondo. Medido con el rasero de Eco, Ballard podría ser tanto apocalíptico como integrado. Oscila entre la condena apocalíptica del mundo actual y una delectación casi morbosa con sus perversiones, lo cual hace más inquietante sus textos.

Por décadas, Ballard fue capaz de seducirnos con una misma historia, que a veces ni siquiera es historia. Nada es casual en su obra, tan cerebral como pudo ser la de Huxley, pero quizás más sensible al peligro. Quien quiera entender por qué vivimos tiempos tan locos, acabará por cruzarse con él.

Rotulado (y marginado) como "escritor de ciencia ficción", recién alcanzó el reconocimiento cuando Spielberg le tendió una mano con El Imperio del Sol.

En sus comienzos admiraba a Graham Greene, luego fue Greene quien lo com paró con Conrad, y llegó la hora de que los críticos lo compararan a él con Greene. Obtuvo la bendición de Susan Sontag, el reconocimiento de Baudrillard y hasta el elogio de Martin Amis. Alguien descubrió una foto donde aparecía conversando con Borges. Algún otro incorporó el adjetivo "ballardiano" al diccionario Collins y es casi inevitable que los medios se lo apropien, en cuanto se harten de "dantesco" y "kafkiano".

Paul Tillich dijo alguna vez que vivir en un suburbio permitía tener una perspectiva más amplia que la que uno tiene en la urbe. Hace cincuenta años que Ballard vive en una sencilla casa de Shepperton, un suburbio londinense adosado al aeropuerto y traspasado por las autopistas. Viajó bastante por las costas mediterráneas, pero nunca pensó en mudarse. Alguna vez Charles Platt lo llamó "el profeta de Shepperton".

A quien se asombre de la información que parece haber tras sus textos, habrá que recordarle que durante mucho tiempo encontró inspiración en el papelero de un amigo biólogo, más fascinado por el lenguaje de la ciencia que por sus contenidos. Como buen surrealista, sostuvo que la ciencia y la pornografía se parecen porque ambas son analíticas.


De Shanghai a Shepperton

En su autobiografía, Ballard ni siquiera habla de sus últimas novelas; prefiere retomar la historia de su infancia, que ya había narrado en El Imperio del Sol (1984), en La bondad de las mujeres (1991), en un documental de la BBC y hasta en una crónica del Sunday Times.

Toda su vida giró en torno las durísimas experiencias que marcaron el fin de su infancia. Criado en el barrio europeo de Shanghai, tuvo su Caída cuando repentinamente pasó de una casa con diez sirvientes chinos sin nombre, a las penurias y humillaciones de un campo de prisioneros japonés. Allí nació el poderoso símbolo de la piscina seca donde se amontonan las basuras del último verano.

Cuando conoció Inglaterra, se sintió tan ajeno a esa sociedad que hasta llegó a tener rechazo por el paisaje inglés. Lejos de una familia que nunca le había dado afecto, pasó por un internado, que "le recordaba al campo de concentración, de no ser por la comida, que era peor". Luego fue portero, vendedor de enciclopedias y redactor de una revista industrial. Hasta se entrenó como piloto en una base de bombarderos nucleares en Canadá.

Cuando quiso ser psiquiatra estudió Medicina dos años, pero quedó para siempre atrapado por la siniestra magia de las salas de disección, que selló su fantasía y su estilo. Fue entonces cuando se enamoró del surrealismo y del psicoanálisis, que parecían encarnar la trasgresión, y de la ciencia ficción, que entonces hervía de ideas estimulantes. Fue el iconoclasta de la ciencia ficción. Rechazado, admirado y vanamente imitado, propuso explorar un ambiguo "espacio interior" en lugar del espacio cósmico. Rompió con todas las convenciones de la novela catastrófica, para explorar la "arqueología del psiquismo".

Inundó al planeta en El mundo sumergido (1962), lo hizo árido en La sequía (1964) y lo congeló en El mundo de cristal (1966). Sus novelas apenas se parecían a la ciencia ficción convencional. Eran una suerte de alquimia que David Pringle sintetizó en los "cuatro elementos" ballardianos: el agua (el pasado), la arena (el futuro), el cemento (el presente) y el cristal (la eternidad).

Su primer y único amor fue Mary, la periodista con quien se casó. Se mudaron a Shepperton, un anodino suburbio cercano al aeropuerto y fueron un matrimonio poco convencional, con tres hijos que vinieron uno tras de otro. Entonces, una tremenda "injusticia de la naturaleza" (así escribió Ballard) se llevó a Mary en una semana. Víctima de una trivial infección, Mary murió en 1963, cuando pasaban unas vacaciones en Alicante.

Ballard tuvo amigas y hasta una "compañera", pero nunca pensó que nadie pudiera ocupar el lugar de Mary. Le hizo frente al dolor y se dispuso a criar a sus hijos sin ayuda, para lo cual desplegó insospechadas virtudes maternales. Todavía recuerda esos años como los más felices de su vida y confiesa que sus hijos de dieron la infancia que no había conocido.

Paradójicamente, ese fue su período nihilista. Cuesta imaginar al "psicópata" que escribía La exhibición de atrocidades (1970) y Crash (1973) después de servirles el desayuno a los chicos, llevarlos al colegio y poner en marcha el lavarropas. Ese Ballard que organizó una polémica exposición de autos chocados y un concurso literario para adictos no era un Warhol sino un perfecto amo de casa; una persona que cualquiera hubiera tomado por ferretero o empleado de correos. Escribió Crash temiendo que sus hijos tuvieran un accidente, y por esos días él mismo estuvo a punto de morir cuando se dio vuelta su auto. Nunca renegó de aquellas obras, pero hoy prefiere verlas como una drástica elaboración de su duelo.


El psiquiatra global

Años después, Ballard la emprendió con el entorno urbano, e inició su demolición en Rascacielos (1975), La isla de cemento (1974) y Hola América (1981), donde mostraba la fragilidad de los lazos sociales en situaciones límite. Cuando todos soñaban con la NASA, Ballard anticipaba el fin de la era espacial e imaginaba el día que caerían las estaciones espaciales. Antes del posmodernismo, diseñó la utopía posmoderna de Vermilion Sands. Antes que los punks y el teatro de Kantor, afirmó que "no hay futuro" y escenificó desolados paisajes de basura y chatarra. En el fundamental prólogo que escribió para la versión francesa de Crash, diagnosticó que "muerte del afecto" era la raíz del nihilismo. Habló de ese "presente insaciable" que con sus falsas novedades nos quita la posibilidad de pensar un futuro mejor.

En su etapa hipermoderna, profundizó su obsesión por el nihilismo de los no-lugares: encontró la psicopatología de la opulencia en barrios cerrados, shoppings y aeropuertos. Noches de cocaína (1996), Super Cannes (2001) y Milenio negro (2003) fueron historias un tanto morosas, cuyo germen estaba en Furia feroz , un texto de 1988 : un policial narrado de manera no lineal, con asepsia ballardiana y mediatizado por informes psiquiátricos y documentales. Retomaba así sus pesadillas urbanas de los Setenta, que ahora empalidecían ante la realidad. Kingdom Come (2006) es su última versión, quizás la más desesperada.


"Milagros de la vida"

Aun septuagenario, Ballard seguía resistiéndose a la canonización. Sin ser tan espectacular como otros, siguió siendo tan irritativo como en la época en que hizo su terrible profecía de Ronald Reagan. Personajes como Thatcher, Bush, Blair o Berlusconi son para él los frutos del "sueño de la razón". A dos años de Malvinas, habló de "la melancolía de los conscriptos argentinos heridos" en Malvinas. Comparó la caída de las Torres Gemelas con un guión del cine catástrofe, brotado del inconsciente norteamericano. En 2003 se opuso públicamente a la invasión de Irak, anticipó un atentado en Londres y rechazó un título nobiliario, declarándose "republicano".

Ballard siempre desconfió de las entrevistas, pero nunca se negó a darlas, sin importarle si su interlocutor era apenas un lector devoto. Entonces, solía repetir casi textualmente pasajes enteros de sus ensayos y textos periodísticos, o citaba parlamentos enteros de alguna de sus novelas, como si hubiera encontrado la fórmula definitiva y ya no quisiera modificarla.

Hace dos meses se publicó su autobiografía Miracles of Life (2008), que le costó completar. En la última página, se despide abruptamente de la vida, revelando un diagnóstico terminal. Pero así como hace este anuncio con la frialdad quirúrgica propia de alguno de sus personajes, el libro termina por aparecer como un canto a la vida familiar.


Transfigura tu aldea

En una entrevista de hace un cuarto de siglo se mostraba cansado, pero pensaba que evitar el nihilismo era una de las razones que lo animaban a seguir. Y añadía: " Siempre es posible darle la espalda a un universo bastante insípido si uno es capaz de rehacer por lo menos una pequeña parte de él a su imagen y semejanza...".

Ese fue el desafío que logró superar cuando realizó el deseo oculto de muchos escritores: transfigurar su medio cotidiano a su imagen y semejanza. Lo hizo con una tremenda novela surrealista: La Compañía de Sueños Ilimitada (1979) donde se convertía en un mesías sufriente que intentaba redimir poéticamente las opacas vidas de Shepperton y sus vecinos. En el final, el protagonista resucitado se reencontraba con "Miriam" en esas "nupcias de lo animado y lo inanimado, de los vivos y de los muertos", que cantó el hermético William Blake.

Que así sea.



-------------------------------------------------
Ir al Sitio principal Escritos críticos / Ensayos
www.majfud.50megs.com
Reflexiones sobre nuestro tiempo
-------------------------------------------------